Posesa por la noche
que en sus harapos negros y grises
enjuga su llanto,
voy subiendo la cima
abundante de memorias
donde concurren los ojos
y el aroma de las pieles.
enjuga su llanto,
voy subiendo la cima
abundante de memorias
donde concurren los ojos
y el aroma de las pieles.
Si algún día he de llorar,
será por mi cuerpo de estrellas y gazas opacas
en medio del frío de la oscuridad...
será por mi cuerpo de estrellas y gazas opacas
en medio del frío de la oscuridad...
... Pero hoy impresa de la añoranza,
perforada por el recuerdo,
y en la altitud de su mirada,
de su pupila perpetua,
se abre mi cuerpo como una flor
a las manos afiladas del dolor
donde Silencio irguió su Casillo:
conos de hielo, gajos de miedo...
¡Terror!
perforada por el recuerdo,
y en la altitud de su mirada,
de su pupila perpetua,
se abre mi cuerpo como una flor
a las manos afiladas del dolor
donde Silencio irguió su Casillo:
conos de hielo, gajos de miedo...
¡Terror!
Posesa por la noche
van acudiendo en procesión de santos,
delirantes ojos que en verdores extraños,
destrozan las sombras con hilos de luz.
Una luz que palpita en mi centro más profundo
latiendo la mujer como hogar ardiente
donde la cesura más honda
muestra sus labios de flor...
¡Dolor!
van acudiendo en procesión de santos,
delirantes ojos que en verdores extraños,
destrozan las sombras con hilos de luz.
Una luz que palpita en mi centro más profundo
latiendo la mujer como hogar ardiente
donde la cesura más honda
muestra sus labios de flor...
¡Dolor!
¡Ah, y en medio de todo,
del recuerdo lujurioso, del olvido cansino,
de la noche, del silencio, de los ojos como fantasmas,
vive, vive sí, aquello que nunca fue!
¡Amor!
del recuerdo lujurioso, del olvido cansino,
de la noche, del silencio, de los ojos como fantasmas,
vive, vive sí, aquello que nunca fue!
¡Amor!
Paula Cruz Roggero